"Con Los caciques (1920) enlaza el humor absurdo con una crítica social más directa: para ocultar don Acisclo sus abusos como alcalde, agasajará al inspector que revise su gestión. Alfredo, enamorado de la hija del alcalde, y su tío vienen a pedir la mano de ésta. Son confundidos con inspectores y exageradamente bienvenidos. Comprendida la situación, avisan al verdadero inspector y dan un escarmiento al facineroso". "Para escribir "Los Caciques", Arniches toma la línea argumental de una obra rusa. ¡Traslada "el lnspector"de Gogol a un pueblo de Castilla! Estupendo acierto.Se estrena en el año 1920, en la plenitud de su carrera teatral. Y en el año 1963, cuando yo soy responsable de la dirección del María Guerrero, la repongo. El éxito fue muy grande. Éxito que se repitió varias temporadas en las giras y en los Festivales al aire libre por toda España. Una divertida anécdota sirvió para demostrarnos que la obra estaba vigente. En una pequeña localidad, el alcalde, que se disponía a pasar una agradable velada,en compañía de las fuerzas vivas, tuvo que abandonar el entoldado por el jolgorio del público que, a hurtadillas, le señalaba con el dedo, al identificarle con el pintoresco alcalde de la obra de Arniches y sus trapacerías económicas. Muy inteligentemente Arniches define "Los Caciques" como "farsa grotesca de costumbres políticas". Igual que Valle Inclán, Arniches refleja en un espejo deformante,él, por la vía de la comicidad y la gracia, a la sociedad española y a su penosa realidad. En la reposición de 1963 el autor de los decorados y figurines fue Mingóte. Era su primera incursión en el teatro. Transcribo unas líneas del programa de mano de entonces: "Mi intención es no presentar a Arniches como una estampa de época. Así se puede presentar a los Quintero, por ejemplo, que sólo practicaron un costumbrismo delicioso pero epidérmico,sin ningún atisbo de crítica social. Yo quería traerá Arniches a nuestros días. Y para que ese propósito fuese una realidad no podía darle a la representación un tono naturalista. Tenía que acentuar los contornos, cargar las tintas, agrotescar las situaciones y con algo muy nuestro. Pensé en reponer "Los Caciques", pero con decorados y figurines de Mingóte. Cuando se lo propuse, me dijo, con esa humildad tan característica en los que valen de verdad: "Yo no sabré hacer eso". Y yo le contesté: "Pues con esa condición repongo la obra". Pero volvamos a hoy..., y hoy pienso que el texto de Arniches conserva toda su gracia y su vigencia. JOSÉ LUIS ALONSO" A traduccion e posta en escena de Antonio fora memorable: "Le dixen lo que le tiña que dicir", decia o Manolito do Rañada coa gorra na man. Pero ainda que sabemos que o tempo vai lixando na memoria, ¿como esquecer as miradas de complicidade cando empezaba a correrse o telon e quedabamos ali espidos, sin nada a que agarrarnos? Tiña postas mais fotos pero saqueinas porque penso que este non e o lugar mais adecuado para que se vexa a cara de ninguen. Crearei un blog para elas e aqui colocarei todo o que sexa mais impersonal. Saude.
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